Porta (PD) / pensiones en Venezuela: mi pedido de informe al Gobierno solicita una intervención resolutiva y urgente

Roma, 4 de mayo de 2016 -. Oficina de Prensa del Hon. Fabio Porta

Mientras la situación económica en Venezuela sigue siendo una preocupación y muchos de nuestros compatriotas sufren las consecuencias, los Ministerios competentes italianos aún no han desatado el nudo de las pensiones del INPS erogadas en el país latinoamericano. Por esta razón, acabo de presentar un pedido de informe a la comisión de trabajo de la Cámara de Diputados para instar a la restauración de las prestaciones no contributivas sobre las pensiones pagadas por el INPS en Venezuela, para dar sentido y dignidad al trabajo y existencia de tantos de nuestros desafortunados conciudadanos. He presentado un pedido de informe, que pronto será discutido en la Comisión de Trabajo, al que el Gobierno tendrá que dar una respuesta precisa, y espero positiva, después de haberse informado de la nueva evolución del tipo de cambio en Venezuela que podría haber determinado la suspensión, esperemos temporal, del proceso de verificación y evaluación por parte de los Ministerios italianos competentes, para encontrar una solución al problema de las pensiones del INPS. Fuerte es el temor de que el proceso iniciado por el conjunto de instituciones – Ministerios y INPS -interesados en la solución del problema se frene. Este fue interrumpido para permitir una evaluación más cuidadosa de las nuevas relaciones cambiarias, la capacidad de utilizar el tipo de cambio más favorable y costos relacionados. Los dos nuevos tipos de cambio en Venezuela son DIPRO (la oficial): para un dólar estadounidense se necesitan unos 10 DIPRO; y DICOM (libre flotación de cambio paralelo) que, después de su introducción el pasado 10 de marzo se depreció sustancialmente, tanto es así que en la actualidad (la situación está en constante e impredecible evolución) se necesitan alrededor de 350 por cada dólar estadounidense. DICOM es el cuarto sistema de cambio de moneda flotante desde el 2013, y dada la alta tasa de inflación que se está manifestando progresivamente en Venezuela, no va a ser fácil mantener su estabilidad.

Personalmente me puse en contacto – por enésima vez – con los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Economía para instar a “cerrar el círculo”, si bien soy consciente de la confusión y de la inestabilidad monetaria que no facilitan la búsqueda de una solución. Todavía creo, sin embargo, que, a pesar de las dificultades técnicas, si existe la voluntad política fundada en el conocimiento de la extrema estrechez económica que enfrentan nuestros compañeros pensionados en Venezuela, se puede encontrar una solución satisfactoria. En mi pedido de informe, reitero que la comunidad italiana en Venezuela ha pedido desde hace tiempo al Estado italiano que considere una prioridad la adopción de un sistema de cambio para las pensiones en Venezuela que no penalice a nuestros jubilados allí residentes y que tenga en cuenta el verdadero poder adquisitivo del bolívar, de las pensiones y del ingreso en venezolanos revalorizado artificialmente en los últimos años por el Gobierno de Venezuela y la alta tasa de inflación, también a causa de una sobrevaluación creciente de la tasa de cambio real. He recordado al Gobierno que las pensiones en Venezuela se redujeron de 6.096 en 2010 a 4.713 en 2014, y continuarán disminuyendo en número y cantidad, por un ahorro del INPS de unos 15 millones de euros en pocos años – están ciertamente presente, entonces los márgenes no sólo humanos, sino también económicos para satisfacer las demandas legítimas de nuestros compatriotas que viven en ese país. Finalmente he consultado al Gobierno sobre qué acción urgente tiene intención de tomar para dar una señal de solidaridad y atención, y por lo tanto una respuesta urgente, definitiva y sobre todo positiva, a las necesidades dramáticas de nuestros compañeros jubilados italianos que residen en Venezuela considerando los costos de la adopción del cambio paralelo de divisas con el fin de restablecer las prestaciones no contributivas a los que tienen derecho a ellas, no significaría para el Estado italiano una carga excesiva y reforzaría la ya excelentes relaciones políticas, económicas, sociales y humanas con los países de América Latina.

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