Porta (PD): jubilados en Venezuela están cansados de promesas y esperan respuestas positivas

Roma, 29 de enero de 2016 – Oficina de Prensa del Hon. Fabio Porta

El Presidente de la Comisión para los italianos en el mundo de la Cámara informa que el Ministerio de Trabajo y el INPS están en espera de “luz verde” por parte del Ministerio de Economía en relación a la adopción de un tipo de cambio paralelo y más favorable a sus pensiones

Mientras que nuestros pensionados en Venezuela están luchando con el drama de las pensiones, cuyo monto es ínfimo, y los consecuentes graves problemas económicos y humanos, se prolonga durante meses el tedioso ballet de responsabilidades entre los ministerios y los organismos reguladores que se han comprometido a encontrar una solución “justa y oportuna” al problema. Sin embargo, después de nuestras numerosas, variadas y urgentes intervenciones, nos parece entender que el tema está en la agenda del Gobierno y el Ministerio de Economía está realizando, por desgracia con la lentitud que siempre ha caracterizado nuestras burocracias , una serie de comprobaciones finales, en INPS, el Ministerio de Trabajo y el Banco de Italia, sobre la viabilidad de las propuestas relacionadas con la utilización de un cambio paralelo (aunque todavía no oficial) de la moneda italiana en bolívares y los costos relacionados a afrontar. Desde hace tiempo que la comunidad italiana en Venezuela pide al gobierno italiano considerar una prioridad la adopción de un sistema de cambio para las pensiones en Venezuela que no penalice a nuestros jubilados que residen allí y que tengan en cuenta el poder adquisitivo real del bolívar, de las pensiones venezolanas revalorizadas artificialmente en los últimos años por el Gobierno de Venezuela y la alta tasa de inflación, también causa de una sobrevaluación creciente de la tasa de cambio real. Nuestros pensionados en Venezuela están desesperados y, dada la situación socioeconómica precaria en ese país, la mayoría de ellos con la pérdida de las prestaciones asistenciales (pensiones mínimas, bonificaciones sociales, asignaciones familiares) también perdió la serenidad y la renta de subsistencia. Tengo esperanzas de una demostración de responsabilidad y solidaridad por parte de los ministerios competentes, que no pueden y no deben ignorar las peticiones de ayuda y justicia que vienen de nuestra comunidad de pensionados en Venezuela (recuerda una vez más que las pensiones pagadas en Venezuela se redujeron de 6.096 en 2010 a 4.713 en 2014, y continuarán disminuyendo en número y cantidad, para un ahorro del INPS de aproximadamente 15 millones de euros). Están presentes además, los márgenes no sólo humanos, sino también económicos, para satisfacer las demandas legítimas de nuestros compatriotas que viven en ese país. Sé que nuestros conciudadanos esperan, incluso de mí, una respuesta urgente, definitiva y sobre todo positiva a sus casos dramáticos y están cansados de escuchar sólo anuncios repetidos y promesas. Precisamente por esta razón, en la medida de lo que implica mi rol y mi compromiso personal, continuaré el seguimiento, supervisión y fomento de las actividades de los ministerios y organismos que participan de esta triste historia que podría ser resuelta sin un coste importante para el Estado italiano y una señal de solidaridad y atención a nuestros compatriotas y al país de América Latina con el que Italia tuvo siempre óptimas relaciones humanas, sociales, políticas y económicas.

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