La exdiputada brasileña Carla Zambelli sigue en Italia, aunque, contrariamente a lo que declaró hace unas semanas, todavía no se ha entregado ante las autoridades italianas; la policía, tras la comunicación internacional emitida a través de Interpol, tiene la obligación de detenerla para que se realicen los trámites de extradición pertinentes, tal como lo solicitaron las autoridades brasileñas.
La analogía con el caso Pizzolato, el ex director del Banco del Brasil con ciudadanía italiana extraditado a Brasil en 2015, también confirmaría para Zambelli la inevitabilidad de la extradición. No sólo eso: después del vergonzoso caso Almasri, será difícil para Meloni y Nordio negar la extradición de una mujer condenada por piratear el sistema judicial brasileño y autora de un asalto armado contra un militante del PT durante la última campaña electoral brasileña. La doble ciudadanía no puede ser un escudo contra la justicia para nadie, ni garantizar la impunidad; y sería curioso que el Ministro de Asuntos Exteriores Tajani, después de haber denunciado el oportunismo de los brasileños que, según él, utilizarían la ciudadanía italiana con fines indebidos, defendiera esta institución para proteger a un fugitivo en Italia (Fabio Porta).
Fonte: Oficina de Prensa Excmo. Fabio Porta