El Coronavirus nos ha hecho sentir a todos más vulnerables e indefensos.

Tuvimos que cambiar nuestros comportamientos, nuestros hábitos, para intentar detener la difusión del virus y evitar el colapso de las estructuras sanitarias.
Italia ha respondido con corage, determinación y sobretodo con unidad.
Los italianos en el mundo, también han hecho sentir rapidamente su solidaridad con Italia en estos momentos; y hoy nosotros que vivimos en el exterior compartimos las mismas preocupaciones, la misma ansiedad y miedos.
Estamos aprendiendo sobre nuestra misma piel una gran lección, más que una:
La salud pública es un derecho precioso, de hecho el primero derecho que todos los Estados deberían defender;
Los Estados Nacionales y Supranacionales, en cambio, se muestran débiles e inciertos delante de una pandemia que debería superar prejuicios y sospechas, en una guerra que nos tendría a todos en una misma parte;
Estamos sobretodo redescubriendo los valores más profundos, a partir de aquellos familiares; todavía una vez más nuestros queridos representan la fuerza y nuestra esperanza. Y por ellos debemos respetar las reglas de convivencia y salud, aunque nos parezca dificil quedarnos encerrados en casa por días.
Son estas las lecciones del coronavirus y es éste nuestro reto, quizás el más dificil que hemos afrontado en Italia desde la segunda guerra mundial hasta el día de hoy.
Por esto gritemos con todo el corazón y con un nudo en la garganta: #EstaraTodoBien!