La ley de estabilidad para el 2015 ha llevado adelante en la Cámara su primer paso. Junto a los otros diputados por la mayoría, hemos convergido en mejorarla y aprobarla, convencidos de que, también entre los pesadísimos vínculos de nuestra finanza pública, se ha hecho un esfuerzo importante en dirección a la recuperación económica, a la ocupación y a la solidaridad social. Sobre la base de aquello que se ha positivamente realizado, podrán efectuarse mejoramientos posteriores en el recorrido sucesivo de la medida.
En particular, queremos señalar el sostén a las empresas para su internacionalización, los incentivos para la contratación a tiempo indeterminado y los 2,4 mil millones para las redes de contención social, el nombramiento de alrededor de 150.000 trabajos precarios en las escuelas, las intervenciones de sostén a las familias, en particular de aquellas numerosas, y la reconstitución del fondo para los no autosuficientes.
Se trata, es cierto, de etapas de un camino todavía largo y obstaculizado, pero también de pasos hechos en la dirección precisa, tanto más significativos cuanto más graves y persistentes son las dificultades económicas y el malestar social.
Para los italianos en el exterior, en días pasados ya hemos dado cuenta de los resultados obtenidos: destinar a organismos vitales en el campo de la internacionalización como las Cámaras de Comercio en el exterior de 2,5 millones para la lucha contra la falsificación del made in Italy y la recuperación de 1 millón para su actividad promocional, y no solamente a la eliminación del recorte previsto para los Institutos de cultura. En más, ha sido posible absorber en modo sustancial, si bien todavía parcial, la reducción de 150 millones de euros para la actividad de los Patronatos, que en Italia y en el exterior son una fortaleza que no es posible eliminar, sobre todo para quienes tienen la necesidad de ayuda, reducido a la mitad el recorte y teniendo la garantía de que cada Patronato debe estar presente en al menos 8 países. La aposición de la confianza a la medida nos ha técnicamente impedido reposicionar en el recinto algunas cuestiones reclamadas por nosotros, como la exigencia de recuperar el recorte de las partidas para la lengua y la cultura, la garantía de poder asegurar el cuidado de urgencia para estadías temporarias a los conciudadanos nacidos en el exterior, un compromiso más consistente en el sostenimiento de las Cámaras de Comercio en el exterior, la sobrevivencia y la reorganización del Museo nacional de la emigración, una mayor elasticidad en los criterios aplicativos de las medidas de sostén de los periódicos editados en el exterior.
Hemos elegido, a este punto, el único camino todavía transitable, el de los órdenes del día. El Gobierno, a títulos varios, los ha acogido a todos, en particular aquel cuyo primer signatario es Gianni Farina sobre la restauración de los recursos para los cursos de lengua y para la reforma del sistema cultural y lingüístico en el exterior, el que se refiere a una ulterior contención del recorte a los Patronatos (primera signataria Laura Garavini), el que se refiere a cuestiones sanitarias (Francesca La Marca), el referido al refuerzo de las partidas para la internacionalización (Fabio Porta), al del relanzamiento del Museo de la emigración (Marco Fedi) y al referido a las editoriales en el exterior (Assunta Tartaglione).
Se trata de compromisos por parte del Gobierno que a pesar de tener previstas aplicaciones inmediatas constituyen puntos útiles de referencia para los sucesivos pasajes de la ley de estabilidad, que podrán mejorar las partidas para los italianos en el exterior, empezando por aquellas relacionadas con la lengua y la cultura. Estos constituirán, de todas maneras, un reclamo constante para la actividad parlamentaria y de gobierno de los próximos meses, respecto a la cual continuaremos trabajando con la convicción y el compromiso realizados hasta hoy.
Farina, Fedi, Garavini, La Marca, Porta