Sobre la reforma del sistema nacional de enseñanza, más conocida como reforma para la “Buena Escuela”, que ha involucrado por muchos días a la Cámara de diputados en una elevada y extensa discusión, no ha faltado nuestro compromiso por incluir al sistema escolar y de promoción de la lengua y la cultura italiana en el exterior como parte integrante y original del sistema formativo nacional.
Hemos presentado, de hecho, dos órdenes del día sobre cuestiones esenciales que el Gobierno ha recibido como recomendaciones y cuyos desarrollos serán reglamentados en el trabajo posterior de puesta en régimen de la reforma, una vez aprobados definitivamente por el Parlamento.
El primer orden del día se origina en la necesidad de reformar la normativa en materia de enseñanza de la lengua y cultura italiana en el exterior, con más de cuarenta años de antigüedad, y de aprovechar la fuerza expansiva que la lengua y la cultura pueden asegurar en procesos de internacionalización del país.
Algunos direccionamientos de fondo para la “Buena Escuela”, de hecho, como el refuerzo de la autonomía educativa, la valoración de la calidad del servicio desarrollado, la programación trienal, la formación permanente del personal, están en gran sintonía con este objetivo. Estos pueden representar un supuesto justo para posicionar a Italia en condición de ponerse a la par, de manera activa, con otros socios europeos en aquello que con una expresión discutible es definido como “mercado lingüístico global”.
En concreto, nuestro orden del día compromete al Gobierno a tener en cuenta, en los decretos de actuación de la delegación, y con distintas normativas, las exigencias de coordinación y de racionalización de la intervención pública, también a través de una reorganización del sistema, de integración de los programas de promoción cultural con la oferta de aprendizaje lingüística en el exterior en los respectivos países, en un marco de formación intercultural y plurilingüista; de programación de las intervenciones con duración al menos trienal; de valorización de las expresiones histórico-culturales de las comunidades italianas en el mundo y de las profesiones en ellas surgidas, también a los fines de la promoción cultural y lingüística; de integración de las iniciativas en los sistemas formativos locales; de responsabilidad de las terminales locales del sistema con el objetivo de favorecer la recaudación y el compromiso de recursos para destinar al sostenimiento de proyectos de promoción lingüística y cultural y de extensión de beneficios fiscales a dichas iniciativas, de redefinición de los criterios y modalidades de selección, destino y permanencia del personal docente y administrativo.
Con el segundo orden del día hemos pedido al Gobierno ampliar específicamente los horizontes de la formación a uno de los aspectos esenciales de la contemporaneidad: las migraciones. Italia está viviendo otra vez más un período particular de su historia migratoria, que se expresa con la presencia de cerca de 5 millones de extranjeros en nuestro territorio, de los cuales 850.000 son menores que concurren a nuestras escuelas, y por la reiniciación del éxodo migratorio de las nuevas generaciones.
La enseñanza de la historia en las escuelas, no como materia per se, sino como metodología interdisciplinaria, puede ser ciertamente una clave para la innovación cultural y formativa y un factor de cohesión social y civil además de un instrumento útil para el refuerzo y la plena valorización de la presencia italiana en el mundo. Por ello, hemos comprometido al Gobierno para respaldar un proyecto nacional sobre las migraciones y la interculturalidad, que está vigente desde hace años con resultados positivos. La autonomía y la programación de los institutos escolares, fuertemente valorizados por la “Buena Escuela”, pueden encontrar en este plan una aplicación puntual.
Los próximos meses serán importantes para definir una reforma a la altura de los grandes desafíos que el mundo globalizado requiere. En lo que nos atañe, como hemos hecho hasta ahora, continuaremos subrayando estas exigencias y pidiendo soluciones concretas y profundas.
Los Diputados PD Exterior: Farina, Fedi, Garavini, La Marca, Porta, Tacconi